Musa Danza


Feliz Cumpleaños… ¡¡Cascanueces!!


La conocida obra “El Cascanueces” constituye una de las piezas más reconocidas del ballet clásico de todos los tiempos. Se trata de un cuento de Ernst Theodor Amadeus Hoffman (“El Cascanueces y el Rey de los Ratones”), convertido en un ballet de dos actos acompañado por la música de Piotr Ilich Tchaicovsky. Éste cuento de hadas, suele ser representado en Navidad. Lo cierto es que constituye una tradición universal dentro de los teatros y salas más importantes de las distintas comunidades, a nivel nacional e internacional.


Pero para que podamos introducirnos mejor en las entrañas del cuento, debemos saber que se trata de una obra plagada de fantasía en la que van apareciendo diversos personajes que captan la atención del espectador y la mantienen viva hasta el último momento. El personaje que pone cara al Cascanueces es un pequeño muñeco olvidado y desechado por todos los niños que recae en manos de una niña algo desatendida, Clara. A pesar de haberse quedado con el juguete sobrante, ella está encantada, ya que presiente que el pequeño soldadito capaz de romper nueces, es mucho más que un simple juguete. De hecho una noche, mientras todos duermen Clara va a ver a su muñeco. De camino hacia él, las famosas ratas de la obra la asustan y ella se desmaya. Al despertar se da cuanta de que su entorno ha cobrado unas dimensiones gigantescas, y ella ha encogido hasta alcanzar el tamaño de una diminuta muñequita. A partir de ahí comienza una gran batalla en la que el Cascanueces conquista a Clara. Finalmente ella le besa y rompe la maldición que había convertido a éste en juguete. Es así como se convierte de nuevo en el apuesto príncipe que era.



Ante la gran expectación que acude a dejarse llevar por el encanto de “El Cascanueces”, este año había un motivo más por el cual ofrecer dicho espectáculo. Además de continuar la inevitable tradición que el público siempre demanda, el pasado martes 18 de diciembre hacía 120 años que se estrenaba por primera vez el ballet de “El Cascanueces” en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo (Rusia). Esto sucedió un 18 de diciembre de 1982. En aquel momento Alejandro Dumas hizo una adaptación literaria del cuento de Hoffmann para las tablas, Tchaikovsky compuso la música, y Marius Petipa y Lev Ivanon le dieron forma coreográfica. La dirección del estreno estuvo a cargo de Ricardo Drigo y la interpretación de Antonietta dell’Era, Pável Gerdt, Stanislava Belínskaya, Serguey Legat y Timofey Stukolkin.

Ante este importante aniversario de obligada celebración, no sólo los distintos teatros y salas culturales conmemoraron el evento, sino el propio Google. Así es.  Y es que el conocido buscador dedicó un doodle para rendir homenaje a este Ballet. En él, aparecía un dúo de bailarines en el centro, rodeados por el famoso juguete y por un ratón disfrazado de soldado. El color, las formas, los juguetes y, en general, la chispa navideña caracterizaron este doodle que hizo emocionar a todo amante del ballet.  


Pese a ser una de las más conocidas, la tradicional obra ha experimentado muchas “mutaciones” a lo largo de los años. Fruto de una intensa experimentación por dar con nuevas formas de espectáculo surge, por ejemplo, “El Cascanueces sobre hielo”, un claro ejemplo de innovación. Se trata de una producción de The Imperial Ice Stars a través de Lets Go, que actualmente se ofrece en salas de Santander, Valladolid, Murcia, Burgos, Sevilla y Málaga. Según fuentes del Teatro Cervantes de Málaga, donde se acogió dicho espectáculo a lo largo del pasado mes de diciembre, “14 toneladas de hielo y 25 patinadores de primera fila, ofrecieron un espectáculo, cuanto menos diferente a lo que acostumbramos”. Carlos Alexandre, encargado del Departamento de Promociones de Lets Go, nos ha informado de que el espectáculo está teniendo, por el momento, una gran acogida. Además ha añadido que “bien es cierto que en Málaga se plantearon un número más elevado de días para el espectáculo y, por ello, no se obtuvo una ocupación tan completa, aunque finalmente acogimos a 5.000 espectadores”. Nos ha explicado que en zonas como Burgos se logró una ocupación del 98%, la venta absoluta de las entradas. Según Lets Go, las previsiones para los estrenos venideros son muy positivas. Y es que no podía ser para menos, ya que según nos ha comentado “los trajes están diseñados por los encargados del vestuario del Bolshoi, y los decorados firmados por el diseñador de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Sidney”.  El espectáculo se basa en la coreografía tradicional de Petipa sobre música de Tchaikovsky, pero adaptada a The Imperial Ice Stars, un conjunto de atletas de élite, todos ellos campeones olímpicos mundiales y europeos. 

Por otro lado, y en este mismo sentido, encontramos la propuesta “El Cascanueces, un cuento de Navidad”, que fue interpretada por 44 bailarines del Ballet Nacional de Praga, en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona el pasado mes de diciembre. Ésta supuso una fusión de los clásicos “El Cascanueces” de Piotr Ilich Tchaikovsky y “Cuento de Navidad” de Charles Dickens, con libreto del coreógrafo Youri Vámos a partir de los cuentos de Charles Dickens y E.T.A. Hoffmann. Según un artículo publicado por Europa Press, “el espectáculo de la Navidadde 2012 en Barcelona, supuso la actuación número 150 de esta propuesta”, lo cual indica que tuvo una gran aceptación por parte del público. En palabras del asistente de Vámos, Alexei Afanassiev, pretendieron “actualizar el ‘Cascanueces’ sin hacerlo moderno” y añadió que “Antes era un cuento de hadas, y en su fusión tiene emociones profundas: ira, enfado”.

Como los propios resultados indican, “El Cascanueces” no pasa de moda. Desde aquel soldado, caracterizado por la impoluta técnica de Mikhail Barishnykov (1977, junto a la prestigiosa bailarina Irina Kolpakova); y también amoldado y encarnado por el ilustre Rudolf Nureyev (creó en los años 60 una coreografía muy fiel a la original de Petipa que él mismo interpretó), hasta la original adaptación sobre hielo, o las distintas fusiones experimentales. El público siempre está dispuesto a ser testigo del cuento y a dedicar una sentida ovación. Gracias a ella, podemos desear un feliz 120º aniversario a este ballet: “El Cascanueces”.

Duras críticas

En sus inicios, el prestigioso ballet también fue muy criticado. Al coronar a Tchaikovsky como el compositor por excelencia de la música para ballet, se intuye que para él fue un verdadero gusto componer sus piezas. Pero lo cierto es que, en parte, le supuso un intermitente calvario. Según fuentes documentales e históricas, Marius Petipa, coreógrafo original, daba unas instrucciones muy estrictas y detalladas al compositor. Por ello éste se mostró reacio a trabajar en el ballet. Además, con motivo del 120 aniversario de “El Cascanueces”, son muchos los medios que han publicado recientemente curiosidades y detalles acerca del tema. Tras el estreno, el 18 de diciembre de 1892, hubo muchas opiniones, gran parte negativas. Se tachó a la obra de “desequilibrada” y se criticó por no ser fiel a la historia de Hoffmann. Muchos lamentaron el hecho de que la bailarina no bailara hasta el Grand Pas de Deux, cercano al final del segundo acto. Muchos encontraron que la transición entre el mundo terrenal del primer acto y el de fantasía del segundo acto, era demasiado brusca. Las críticas no quedaron ahí, y es que a muchos, la puesta en escena les resultó “pesada” e “insípida”.

Conociendo esta otra parte del estreno, es obvio pensar que sus creadores no imaginaban el éxito que hasta ahora ha tenido. Pues se trata de un espectáculo casi obligado cada navidad, tanto como el árbol, o los regalos a quienes se portan bien durante el año.

No obstante aquel día de 1892, según publicaba ideal.es el pasado mes, también hubo quienes tuvieron una mejor sensación ante el estreno. Pues a algunos les pareció “asombrosamente rico en inspiración, bello y melodioso, original y característico, desde el principio hasta el final”. 

Un músico moderno y la música Tchaikovsky
Como ya hemos comentado, Tchaikovsky es uno de los compositores por excelencia en piezas para Ballet. No sólo ha puesto melodía a la suit del Cascanueces, sino también a otras obras maestras como El Lago de los Cisnes o La Bella Durmiente.
Si buscamos información acerca de este genio, encontraremos grandes éxitos y alabanzas a su trabajo. Incluso si conversamos con profundos amantes de la música clásica, sin duda sitúan a Tchaikovsky en un punto a destacar. Aun así resulta interesante saber opiniones de jóvenes artistas más contemporáneos. Muchos músicos modernos han tenido que dar, a lo largo de su trayectoria, un largo paseo por piezas clásicas para poder formarse y completar su preparación.
En la búsqueda por conocer nuevas sensaciones desde un punto de vista más actual, hemos hablado con José Aladid.


Se trata de un joven artista dedicado a la música y con una amplia formación. Tras obtener el Grado Medio en el Conservatorio J. Pérez Barceló de Benidorm, decidió partir hacia Barcelona para completar sus estudios. Allí obtuvo el Grado Superior en interpretación de Jazz y Música Moderna en la Esmuc (Escola Superior de música de Catalunya). En este momento es intérprete, compositor y arreglista, además de Profesor de Saxofón.
Antes de introducirnos en la pieza clave que supone Tchaikovsky, conversamos acerca de la importancia que tiene la música clásica en la preparación de todo músico. Ante esta cuestión, el joven no dudó en reconocer que  “hay que intentar empaparse de todo lo que encontremos por el camino, y por supuesto del clásico”. José Aladid se considera amante de este género, apuntando que para él, “el clásico es una maravilla”. Así mismo añadió que “Independientemente del género al que cada uno quiera dedicarse, son muchos siglos, y muchos genios, dedicados por entero a la música clásica, y por fuerza ha de aportar cosas constructivas”.
Centrándonos de nuevo en Tchaikovsky, esto es lo que José Aladid nos ha contado:
“Yo diría que su fama se debe, entre otras muchas facultades, a su sensibilidad en la composición de melodías. En la memoria popular han quedado muchas de ellas, y es llamativo ver cómo cualquier persona podría tararear alguna sin dificultad. Además, también es un músico muy valorado por su capacidad sobre los arreglos y la instrumentación de sus piezas, dando constantes cambios y toques de color con los diferentes instrumentos”.


“Aunque creó infinidad de piezas para piano solo y pequeños grupos de cámara, quizá la formación de uso más habitual para este gran compositor ha sido la orquesta sinfónica, y no sólo ha sido reconocido en el mundo de la música puramente instrumental, sino que también ha sido y sigue siendo un autor de referencia en espectáculos de ópera y danza”.



“Aunque Tchaicovski vivió en una época en la que el saxofón solo era un prototipo, gracias a las adaptaciones posteriores, he tenido la oportunidad de tocar muchas de sus piezas para formaciones pequeñas, durante mis estudios en el conservatorio. También se han adaptado muchas de sus obras orquestales para banda sinfónica, las cuales he podido disfrutar en cualquier punto de tierras valencianas”.

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